La vida de Enelfredo Emanuel Pérez López cambió el 15 de noviembre de 2010, cuando ayudaba a su padre para conseguir un poco de dinero y pagar la matrícula de sus estudios. Ese día un fatídico accidente dejó a Enelfredo sin movilidad, a los 16 años. Hoy tiene 18 y no se ha rendido.
Por este accidente Enelfredo sufrió una fractura en la columna vertebral que lo dejó sin posibilidades de movilización y con más problemas. La situación económica de la familia es bastante difícil y Enelfredo tuvo que permanecer en cama todos los días, ya que no había un medio para poderse mover. Sin embargo, desde el año pasado tiene su propia silla de ruedas, conseguida por FUNDAP, una de las ONG con las que Mainel trabaja en Guatemala. Con ella se siente más independiente y ha vuelto a renacer la esperanza.
El camino es difícil, y más en un país en desarrollo. Todavía le quedan muchos obstáculos, pues este curso no puede ir a estudiar, ya que no tiene quien le acompañe con la silla, pero Enelfredo no pierde la esperanza: Tuve un accidente feo que me dejó sin caminar, pero no se me quebraron los sueños. Sé que puedo continuar porque sigo vivo y porque tengo una familia que me apoya y amigos como la seño de FUNDAP que no me dejarán solo. Quiero aprender algo para trabajar aquí en mi propia casa, seguir estudiando y aprender bien a manejar una computadora para comunicarme con todos.
Doña Eunice, de FUNDAP, ha sido quien ha compartido con Mainel este testimonio: Les remito la historia de Enelfredo, un chico que nos inspira, que nos motiva y que nos hace seguir luchando. Quiero comentarle que lo conocimos porque su hermana ha sido beneficiaria del Programa de becas por muchos años. Confío que éste caso permita a todos que renazca la esperanza y que no veamos las limitaciones como gigantes que impiden nuestro progreso. La capacidad de servir llena el corazón.
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