La situación de conflicto casi perpetuo que se vive en el este de la República Democrática del Congo desde 1994 ha producido un gran número de niños y niñas huérfanos, madres solas y en situación de gran precariedad, discapacitados psíquicos y físicos necesitados de protección, formación y reinserción en la sociedad.

Desde 1979, las hermanas de la Compañía de María vieron la necesidad de construir un Centro de Acogida en el que desarrollar una serie de actividades orientadas a la integración en la sociedad de los niños/as, mujeres y jóvenes que se encuentran en una situación socioeconómica precaria y, padecen algún tipo de discapacidad, bien debido a malformaciones congénitas, consecuencias de la polio, heridas de guerra o por minas antipersonas.

El Centro Heri Kwetu («Felices en nuestra casa», en swahili) se encuentra en Bukavu (capital de Kivu Sur) en el este de la RD Congo, teniendo como misión contribuir a la defensa de los derechos fundamentales de la infancia. Es un centro polivalente situado en Kadutu, uno de los barrios más empobrecidos y marginales de la ciudad. El centro cuenta también con un colegio. Heri Kwetu fue fundado por una española, la hermana María Teresa Sáez, religiosa de la Compañía de María. Heri Kwetu está abierto desde hace más de tres décadas, a pesar de estar en un territorio duramente golpeado por la violencia.

Con las becas escolares, que tienen un coste de 64 euros por alumno/a, se garantiza la escolarización por un curso completo en el centro, donde reciben una educación adaptada a sus capacidades. Estudiar en Heri Kwetu ayuda a los menores a ser parte de la sociedad que les rodea, algo que es muy necesario, ya que por influencia cultural, por desconocimiento, o a causa del contexto en el que viven, muchas veces los menores con discapacidad son marginados hasta por sus propias familias.

La educación les ayuda a ser independientes después de los estudios, y a trabajar para su bien personal y el de sus familias. Estar en contacto con otros niños y niñas con capacidades diferentes les ayuda a aceptarse y asumir sus retos con optimismo. Además, el centro garantiza que reciban una buena alimentación para fortalecer su salud.

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