Crónica de la visita a Nicaragua

Visita Mr Seafood Diriamba

José Ramón Aliaga, voluntario en la Fundación Mainel, viajó el pasado mes de octubre a Nicaragua junto con Francisco Rodrigo, técnico de cooperación, para realizar el seguimiento del proyecto “Formación profesional y en emprendimiento a mujeres de las zonas rurales de Carazo» financiado con ayuda de la Generalitat Valenciana. José Ramón comparte a continuación las impresiones del viaje junto con fotografías que ilustran su visita. 


Durante la última semana de octubre tuvimos la oportunidad de visitar y contemplar con todo detalle los avances que va adquiriendo el Centro Social de Promoción humana y profesional “Vega Baja” en la población de Diriamba (departamento de Carazo, Nicaragua). Allí es donde la Fundación Mainel junto con la Generalitat Valenciana a través de la Conselleria de Cooperación viene apoyando económicamente a la promoción de las mujeres en colaboración con las asociaciones nicaragüenses ACOEN y ANDECU, como en su día lo hicieron también el conjunto de Ayuntamientos de la Vega Baja del Segura y la Diputación de Alicante. Por todo ello teníamos especial interés en que Amalia González, directora del centro, nos mostrara algunos de los resultados de esta importante labor formativa en el medio rural. El excelente historial y los resultados que pudimos apreciar en el reconocimiento de los distintos estamentos sociales nos llena de esperanza por la cooperación al desarrollo de Mainel hacia Nicaragua.

Una primera sorpresa la constituyó la noche del primer día de estancia cuando de repente a media vigilia se oyeron fuertes ruidos causados por una tormenta tropical que rompía la quietud y el sosiego, e iba acompañaba de intensas lluvias que nos dieron la bienvenida en aquella tierra, para después dar paso a un sol radiante que provoca la exuberante vegetación como en pocos lugares puede encontrarse.

Por distintos caminos, cada día, nos dirigíamos a Diriamba desde Managua donde se apreciaba una buena conservación de las vías de comunicación y junto a las mismas se podían advertir las viviendas de una pobreza extrema jalonadas junto con otras de mayor dignidad. Y mucha gente joven que caminaba por los arcenes de tierra para desplazarse a los lugares de trabajo o simplemente esperando a que clientes se acercaran a los puestos improvisados de venta de frutas, todo ello en un ambiente nuevo para nosotros, por tratarse en este caso de especies vegetales de clima tropical, es decir, en su propio hábitat.

Junto con Amalia conocimos la sede de Vega Baja y mantuvimos conversaciones con distintas personas relacionadas con el mundo de esta interesante labor social. Del chef Bolaños, que regenta en las afueras de la capital la cocina de un club privado, escuchamos los comentarios elogiosos sobre el perfil de aquellas alumnas de prácticas en sus instalaciones, y advertía la calidad humana que atribuía al resultado de una excelente formación que resultaba muy destacada en aquel ambiente social. También hablamos con Claudia Mendoza, profesora y coordinadora de ANDECU, que en su día realizó estudios de máster de cooperación en Valencia y que conoce como pocos el nivel universitario dentro del Mercadeo y Fundraising. Ella busca profesoras para los distintos grupos de emprendimiento que surgen de los estudios de hostelería, que constituyen una parte importante de la docencia en el Vega Baja. Y con Isolda Mendieta, especializada en la formación de mujeres emprendedoras en ANDECU-ICEP.

Así entrevistamos a la sorprendente Mariela que había logrado después de los estudios poder establecerse junto con su marido en un restaurante propio, Mr. Seafood, basado en los productos del mar que tan cercano y familiar les resulta. Ahora lo defienden con éxito, como lo testifica cada día un mayor número de clientes que aprecian estas cualidades, sin importarles tener que desplazarse hasta su local, que estaban ampliando después de la acogida dispensada. También fue reseñable el trato dispensado en las visitas a la alcaldía de Diriamba, a los trabajadores del campo (ATC) a la Concha de Coopacreshma y Coopad, y a las universidades de Keiser, UNAN y Uhispam de donde proceden algunos profesores colaboradores de la docencia impartida a los alumnos de Vega Baja.

Al estar en Managua, tierra de volcanes activos y de lagos con aguas transparentes, tuvimos la oportunidad de viajar acompañados de Roberto Rosales, director de ACOEN, por algunos lugares próximos. Y como no, a la ciudad vecina de Granada, de enorme tradición colonial y destacable en riqueza paisajista. Allí mismo también pudimos apreciar la tarea por la educación de jóvenes que desarrolla desde hace muchos años la cooperante española María Luisa Castillo, alma mater de la Asociación La Otra Orilla, donde está totalmente integrada junto a las personas necesitadas, y donde también cuenta con la colaboración de Mainel. Así nos resultó agradable apreciar el buen mantenimiento de las casitas construidas en Jardines de Apoyo en 2008, el pozo de agua que suministra interrumpidamente desde hace más de diez años la red de saneamiento, y la cobertura a las necesidades de higiene mediante las letrinas instaladas en etapas anteriores de cooperación en esta tierra nicaragüense.

El domingo mientras nos preparábamos para regresar a Valencia y hacíamos un último recorrido como huéspedes encantados con este clima y sus gentes, apreciamos como dos operarios de infraestructuras de la red de desagües lograban acceder a la conexión principal de las tomas. La sorpresa para nosotros fue la casi carencia de instrumental que tenían para efectuar su trabajo, lo que les llevó a tener que dedicar varias horas a una simple excavación. Este tesón que contrarresta la falta de medios materiales es patente entre las gentes que conocimos. Comienza a notarse un emprendedurismo con el que las mujeres están consiguiendo un mejor nivel social y económico en su entorno. Quedamos esperanzados por la actividad vivida desde Vega Baja y del efecto solidario en Managua y para el resto de Nicaragua.