A través de un proyecto apoyado por el Ayuntamiento de Valencia, que ejecutamos en colaboración con AYNI, un grupo de mujeres aimaras está combatiendo la inequidad de género, la pobreza y las consecuencias de la COVID-19 mediante el asociacionismo y el desarrollo agrario sostenible.
Nuestra compañera Sonia Martín Carrascosa ha visitado recientemente estas comunidades y ha podido conocer el avance del proyecto. Según nos reporta, la de Jujumarca es la más avanzada en su desarrollo. Allí ya existen dos centros básicos de procesamiento para las hortalizas que producen en carpas solares. Esto les permite lograr ingresos mensuales durante todo el año, frente a la irregularidad que implican las actividades tradicionales del altiplano: el cultivo de la papa y la ganadería.
La asociación de mujeres Qala Qalani lleva meses vendiendo sus productos a la empresa Valleverde, que los distribuye en supermercados y mercados de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. El funcionamiento es sencillo: las mujeres reciben un listado de pedidos para producir y como es la propia empresa la que efectúa la recogida, también les deja cajas y bolsas para embolsar el siguiente pedido.
Por otra parte, el excedente les permite obtener ingresos extra en el mercado. La mayoría de las carpas están ocupadas con lechugas, pero en los márgenes cultivan otras hortalizas para consumo propio como tomates cherry, pimientos… Incluso, según nos ha trasladado Sonia, “hasta una parra de una señora emprendedora que se plantea producir vino en el futuro”.
Tres iniciativas que avanzan
El éxito de la comunidad Jujumarca ya es un hecho. En la de Amallcoll van un pasito por detrás porque comenzarán en un par de meses, cuando esté lista la próxima cosecha. Finalmente, el grupo de mujeres Sacani todavía está en una fase más incipiente. Sonia pudo presenciar la inauguración de su primer centro de procesamiento. Lamentablemente, las heladas han producido daños en sus carpas. Y, además, todavía están finalizando la fase de formación.
Sin embargo, la comunidad Sacani también aporta muy buenas noticias. Allí fue donde Fundación Mainel realizó el primer microproyecto en colaboración con AYNI: un tanque de agua que está en perfecto estado y funciona a pleno rendimiento.
Como condensa el resumen de Sonia, “todo muy bien, el proyecto funciona, las comunidades están muy agradecidas y he comido muchísimo»… porque sí, tuvo ocasión de probar esas deliciosas lechugas y otras hortalizas, que también recibió como obsequio, en forma de “varios collares de verduras y flores”.
Cooperación internacional de Fundación Mainel en Bolivia
El trabajo que realizamos desde Fundación Mainel en este país se enfoca en proyectos de desarrollo agrario sostenible, que incluyen el acompañamiento a las familias campesinas -en especial a las mujeres- mediante capacitaciones para alcanzar la seguridad alimentaria y el fortalecimiento económico. Así contribuimos al logro de los imprescindibles Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Quieres conocer todos los proyectos que desarrollamos en Bolivia?
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